A.O.N.C, Crecimiento Personal, crisis de sentido, Depresión, dolor emocional

Sentirse perdido: el primer paso

 

Vacío, tristeza, dolor, incomodidad, enfermedad, depresión, soledad interior…elementos comunes de una Crisis de sentido de vida, que vivimos como un abismo desde el cual pensamos que no podremos salir nunca. Es como un día eterno de lluvia torrencial que nos obliga a permanecer adentro de casa, haciendo aquellas labores que no queremos hacer, porque preferimos salir afuera a distraernos.

El alma es sabia…con el propósito de hacernos crecer, evolucionar, nos obliga a mirar «hacia adentro»  de nosotros mismos, nos hace sentir «perdidos» en la vida para que demos los pasos necesarios hacia nuestro encuentro, hacia el propósito de nuestra existencia en una familia, una comunidad, un país, que muchas veces por vivir «afuera» distraídos nos olvidamos que tenemos.

Alguna vez tuvimos muchos sueños, en la época en que en nuestro mundo todo era posible y se fabricaban a diario sin esfuerzo. Luego la realidad de afuera nos llevó a alejarnos de nuestro interior, obligándonos a sobrevivir en el mundo creado por otros y olvidando que nosotros también poseemos esa capacidad de construir, crear y cambiar nuestra propia realidad .

Y cuando cambiamos el interior, la magia ocurre…surge la luz que puede materializar nuestros sueños y hacernos retornar al camino del alma, al sendero trazado desde tiempo atrás y que habíamos olvidado.

Todo camino comienza con un primer paso: reconocer que estamos perdidos, y buscar la guía que nos ayude a disipar la niebla y avanzar.

Los sueños nos dejan rastros en forma de imágenes, aromas, sensaciones que nos recorren en lo profundo del inconsciente y que como detectives podemos empezar a recolectar y analizar para armar el rompecabezas de nuestra vida.

Cuando el mundo que conocemos se destruye, siempre tenemos la opción de reconstruirlo a partir de nuestros sueños y de aquellas cosas esenciales de la vida que queremos conservar y los elementos imprescindibles para la reconstrucción son el agradecimiento, el perdón y el amor, recordando que siempre hay un propósito más grande que nosotros en todo lo que ocurre.

La alquimia emocional que hace posible el proceso, aporta la magia que nos lleva a la alegría y a la Paz y también a darnos cuenta que al final todo tiene sentido: si no lo hemos encontrado aún, quiere decir que el camino continúa…

 

Marcela Salazar G.

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